Cuando elegí estudiar la carrera de Cirujano Dentista no tenía idea de que con el tiempo incursionaría en la docencia; sin embargo, en la vida se presentan situaciones y oportunidades que nos llevan a tomar decisiones que jamás hubiéramos imaginado.Mis padres fueron docentes y aunque en un principio no me interesé mucho en su labor, cuando me invitaron a impartir cátedra en la Facultad de Odontología de la Universidad Veracruzana, pensé que debí haber puesto más atención en lo que hacían mis padres, demasiado tarde para ello, pero acepté el reto de ser docente.
No fue sencillo entrar al aula y estar del otro lado, poco a poco me fui acostumbrando a ello y empecé a indagar en cómo dar una clase lo mejor posible y cumplir con los objetivos que marcaba el programa. Después incursioné en el nivel medio superior, impartiendo el Taller de Paramédicos en la Escuela de Bachilleres “Ricardo Flores Magón” en la ciudad de Xalapa, aunque no fue mucho el tiempo que estuve como maestro frente a grupo en ese plantel, estoy contenta y satisfecha de lo que logré, a pesar de los tropiezos propios de aquéllos que no tenemos una formación docente.
Al principio me costaba trabajo no dar una clase demasiado expositiva, pues no sabía cómo manejar un grupo de manera dinámica, así que me preocupaba ver a mis alumnos aburridos y es una de las razones que nos pueden llevar a cuestionarnos acerca de si estamos haciendo las cosas bien o no, recordando a aquéllos que fueron nuestros maestros y que nos aburrían sus clases, restando interés por la materia y hasta estudiando nada más para pasar el examen.
Me fui actualizando y tomando cursos para mejorar mi práctica docente. Después fui nombrada Subdirectora y posteriormente Directora, por lo cual tenía más obligaciones, las cuales no me permitían seguir frente a grupo; sin embargo, el breve tiempo en el que estuve dando clases me enseñó muchas cosas que sólo se aprenden cuando se está de pie frente a un grupo de jóvenes aprendices que te observan, esperando les enseñes muchas cosas y los mires como seres con problemas, sentimientos, inquietudes e intereses propios de la edad, en otras palabras, que sean tomados en cuenta.
No ha sido mucha mi experiencia en el aula, pero comparto con ustedes este breve pasaje de mi vida.
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