miércoles, 18 de noviembre de 2009

Aprendizaje



El aprendizaje como proceso mediante el cual se adquieren conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, ha sido estudiado desde el siglo pasado, surgiendo diversas teorías al respecto, sobre todo desde el ámbito de la psicología.

De las concepciones de aprendizaje expuestas por Pere Marqués, no se puede hablar de una que exprese el enfoque de la educación por competencias.

El aprendizaje por descubrimiento propuesto por Jerome Brunner, resalta la actividad directa de los estudiantes sobre la realidad, permitiendo mediante la experimentación aplicar de manera práctica los conocimientos y su transferencia a diversas situaciones. En este punto hablamos de que el alumno habrá aprendido cuando sea capaz de aplicar los conocimientos adquiridos para resolver una situación en cualquier ámbito, llevando a cabo además, un proceso de transferencia, lo que le permite en un momento dado, resolver problemas.

Así también, dentro de esta misma perspectiva, se tiene que el alumno realiza un proceso de espiral, en el cual revisa y amplia periódicamente los conocimientos adquiridos. Este proceso se da generalmente de manera inconciente, al realizar lo que Piaget (constructivismo) llama asimilación y acomodación, es decir, el alumno recibe información nueva y la asimila, ajustándola a sus estructuras mentales a través de un proceso de acomodación, para buscar un equilibrio entre lo que ya conocía del tema y lo que ahora se le presenta.

Algo similar plantea la vertiente de aprendizaje significativo propuesta por Ausuble y Novak, cuando hablan de relacionar los aprendizajes previos con los nuevos, activándose la red mental para llevar a cabo esta relación. El aprender por competencias requiere de un aprendizaje no memorístico, al igual que lo propuesto por esta vertiente, en la cual se busca que lo aprendido por el alumno sea aprehendido y comprendido, que sea objeto del interés del educando, que se convierta en algo útil y por lo tanto, lo lleve a resolver problemas.

La psicología cognitivista propone que el desafío estimula el aprendizaje, lo que equivaldría a presentar al alumno una situación dada para que la resuelva (ABP –aprendizaje basado en problemas- o aprendizaje por proyectos), lo que activa los procesos mentales del alumnos, quien buscará en su mente los conocimientos previos que posee y que pueden ayudarle a sacar adelante la tarea propuesta y a buscar las herramientas necesarias que considera lo llevarán al éxito en la resolución de la situación planteada.

Asimismo, esta corriente teórica, otorga importancia a las condiciones internas que intervienen en el proceso, como lo es la motivación, parte importante para que el alumno se siente dispuesto a aprender y a manifestar mediante sus acciones y actitudes los conocimientos y habilidades adquiridas. De igual forma, reconocen las condiciones externas, como las circunstancias que rodean los actos didácticos y que el profesor procurará que favorezcan al máximo los aprendizajes, elemento importante para que la actividad en el aula se desarrolle en un ambiente propicio para el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Finalmente, el socio-constructivismo resalta la importancia de la interacción social, donde el contexto y el lenguaje juegan un papel primordial como herramienta mediadora en el proceso de aprendizaje. Esta perspectiva plantea el apoyo que el aprendiz puede obtener de otros, ya sea iguales o expertos, lo que es conocido como Zona de Desarrollo Próximo, situación que se da de manera espontánea en el aula, cuando los jóvenes interactúan con sus compañeros o con el profesor en acciones que inciden directamente en su aprendizaje, surgiendo con ello también, lo que es el aprendizaje colaborativo.

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